S.P.M.

Podría decir que soy una mujer afortunada, ya que en mi caso, el Síndrome Pre Menstrual no implica llantos descontrolados, cambios de humor repentinos, "calores" ni ningún otro síntoma mala onda que las mujeres solemos padecer en ese momento del ciclo. Sin embargo, hay una manifestación bastante imperiosa que me invade en esos días. Se trata, nada más y nada menos, de un insaciable deseo sexual que me controla. No intento darme aires de ninfómana ni mucho menos, ¡pero hay que darle crédito al asunto! Es algo muy bueno en realidad, ya que cuando nos está por venir, lucimos divinas: tenemos los pechos redondos, turgentes, super tentadores; las mejillas por demás rosadas, solo igualables a la época de ovulación; las curvas bien marcadas [ok, retención de líquidos, en general no es sentadora, pero hay que saber llevarla], la piel ultra sensible... Entonces, dada esta situación, hay que aprovecharla! Y la hormona me lleva a disfrutar de todas estas características al máximo. Desde exprimir al pobre varón que me soporta cuando me da un rato de su tiempo, hasta "darme una mano" antes de dormir. Todo es válido en esta semana. Acá es cuando mi chico se debate entre "vamos! hoy hay fiesta, y mañana, y pasado" y "ufff, más?". Nada peor para un hombre común que una mujer con el deseo exacerbado, ya que llega un momento que no le da el cuero para seguirle el ritmo :P
Lo complicado del asunto viene a la hora de mantener la llama viva el resto del mes.
Ahora es cuando S.P.M. se convierte en Síndrome Post Menstrual. Y ahí sí, agarrate, porque si pensaste que la sexópata era insufrible, ahora llega la del S.P.M. "normal", que llora por nada y pasa de la euforia al pozo depresivo en un pestañeo. Pero en esta no vamos a ahondar, ya que todos la conocen y no es tan copada como la anterior. Lo cierto es que somos dos en una.

No sé cómo será con las hormonas ajenas, pero las mías funcionan así. Yo, agradecida.