R-E-S-P-E-C-T

Siguiendo lo que dijo la compañera Burbuja en este post, también es bueno aclarar que hay que saber reconocer cuando es momento de volver a estar sola, en el caso de tener a un mequetrefe al lado.

Quizás empezaste una relación con un pibe copado: te re va su onda, es super dado con la gente, simpático, se desvive por llamar tu atención... Ahora, ¿qué pasa cuando el flaco buena onda con el que empezaste a salir se convierte en un monstruo conforme van pasando los meses? Pasar de "que atento, se preocupa porque haya llegado bien a casa" a "me controla con mensajes y llamadas, todo el tiempo quiere saber dónde y con quién estoy"; de "me enloquece su onda rocker" a "estroló su guitarra contra la pared en un ataque de nervios"; o de "me dice cumplidos todo el tiempo" a "le molesta que use escotes o minifaldas porque, según él, son de puta" son señales a las que hay que prestarle atención.

En el mes del Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres no está de más recordar que en una pareja tiene que haber, por sobre todas las cosas, respeto. Un ataque no debe ser meramente físico para ser considerado violento. Las agresiones verbales, el constante maltrato de la persona, dejan marcas más profundas que las de una trompada. Esas quedan guardadas más dentro nuestro, al punto de poder coartar nuestras actitudes futuras y cambiarnos completamente.

El problema yace en saber reconocer que una está siendo víctima de un abuso, y tener la fuerza suficiente como para arriesgarse a volver a la soledad, como así también a la integridad. Estos monstruos que se muestran solo en la intimidad pueden tener muy buenas herramientas a la hora de convencernos que en realidad nos dicen lo que nos dicen porque nos quieren. Despierten, chicas! El "porque te quiero, te aporreo" dejó de ser aceptado hace mucho tiempo ya. Nunca dejen que nadie las lastime, al menos no de este modo. Que las heridas de amor sean dolor de ego y no de alma.