sábado, 10 de abril de 2010

¿Dónde estás? ¿Por qué no me contestás?

Cursabamos juntos un par de materias y pegamos buena onda. Nos juntabamos a estudiar o a tomar mate. Todo indicaba que ibamos a ser buenos amigos...
¿Para que mentir? los indicios pueden ser una mierda xD Se confundió, se "enamoró" de mi y ahi fue cuando todo empezó.
Me escribía mensajes tooodos los dia, nunca menos de 10, preguntándome donde estaba, que hacía, etc. Me empezó a cansar su actitud, porque seamos sinceras, a mi me gusta que no me rompan las bolas y que me dejen hacer lo que quiero cuando quiero, sin rendirle cuentas a nadie, menos que menos a un amigo que se estaba tornando denso y acosante.
Cuando deje de contestar no solo sus mensajes si no también sus llamadas le empezó a escribir a mi hermana para averiguar mi paradero... un denso.
Para esa época me puse de novia ¡SANTO REMEDIO!. Desapareció y yo felíz, obvio.
No, no, creeme que aunque pensé lo mismo que vos no terminó ahi... Se enteró cuando anduve soltera de nuevo ¿la diferencia? él estaba de novio ahora. Fiu! pense, pero el alivio me duró poco. Al poco tiempo ya tenia el celu lleno de mensajes suyos.. Sí, sí, como te imaginarás quería seguir tratando ¬¬
Igual la gota que revalsó el vaso fue un sábado por la noche, uno de esos sábados de chicas, que te juntás y salís con tus amigas. Cuestión que estaba tranqui con mis amigas cuando me llega un mensaje de él: "Si está aburrida la noche venite a casa..."
Creeme, enojada era poco. Así que mi macabra mente ideo un plan...
Al dia siguiente lo escrache en su muro de Facebook.
No, resulto alto bardo, la novia me escribía mails amenzantes y bla bla bla, mientras que él me pedia de rodillas que no le dijera nada a ella, que no le arruinara la vida. Así que hicimos un pacto, yo no hablaba con la mina y él no me volvia a hablar.
Hasta ahora todo resulta de maravilla ^^ ...

1 invitados dijeron...:

Bella dijo...

¡Uff, esos pesados son de lo peor! Igual no pasa nada mientras se mantenga en los mensajes y dé marcha atrás en cuanto amenazás con contarle a la jefa. El problema pasa cuando los tipos siguen insistiendo y se tornan obsesivos y peligrosos.

Hay que tener cuidado con estas cosas. Lamentablemente, las cosas no son como en las pelis.

¡Beso, mi reina!